Afirmar que Caldas es la joya oculta de los muchos tesoros que tiene Galicia no está nada lejos de la realidad. Desde la época prerromana hasta nuestros días el espacio que ocupa la villa y sus alrededores ha sido un lugar de intensa actividad cuyo legado cultural, etnográfico y natural podemos disfrutar en la actualidad. Por ello te invitamos a que nos acompañes a conocer los cinco imprescindibles de Caldas de Reis que no te puedes perder:
Fuente de “As Burgas”
La aguas termales son el germen y el alma de la villa. De la tierra emanan manantiales cuyas propiedades curativas han marcado desde la toponimia hasta el posterior desarrollo de Caldas de Reis.
De todas esas fuentes seguramente la más popular para todos los caldenses sea la de “As Burgas”. Construida a finales del SXIX, se encuentra ubicada en el centro urbano, muy próxima a la ribera del río Umia, y tiene en sus dos caños ornamentados con cabeza de león uno de sus rasgos más característicos.
Puentes romanos y medievales
Las huellas que ha dejado el pasado en el entorno son perfectamente reconocibles y, en muchos casos, han tenido una gran utilidad para la vida de sus habitantes. Un perfecto ejemplo de ellos son los puentes romanos y medievales que se han convertido en un patrimonio cultural de gran valor al tiempo que siguen cumpliendo con su cometido original. De estos pasos destacan dos:
- Puente Bermaña: este paso sobre el río Bermaña, en el centro de Caldas de Reis, fue construido en el siglo I y formaba parte de la vía XIX que conectaba las tres grandes urbes de Gallaecia: Bracara Augusta (Braga), Lucus Augusti (Lugo) y Asturica Augusta (Astorga). Sobre sus tres arcos de medio punto transcurre el Camino Portugués de la Ruta Jacobea.
- Puente de Segade: a escasos dos kilómetros de la villa se ubica el paso de A Baxe. Se trata de una reconstrucción realizada en 1729 por el párroco de San Andrés de Cesar sobre un puente de origen romano. Su localización, en pleno Conxunto Natural de Segade, lo convierte en uno de los puentes con más encanto del Camino Portugués.
Parque Jardín Botánico y Carballeira
El río Umia ejerce como eje vertebrador de la vida de Caldas y a su orilla se concentran muchos de sus puntos de mayor interés.
Sin duda, dos de los más disfrutados por los caldenses son el Parque Jardín Botánico y la Carballeira. Ambos son bienes de Interés Cultural, fueron declarados en 1962 «Paraxe Pintoresca e Xardín Histórico» y son lugar de esparcimiento para los vecinos y visitantes de la
localidad. Son, además, una ubicación de excepcionales condiciones para la celebración de eventos como las fiestas patronales o el reconocido festival Portamérica.
Fervenza de Segade
Caldas tiene el corazón verde y sus parajes naturales ofrecen estampas para el recuerdo del visitante. Sin duda, una de las más espectaculares es la de la Fervenza de Segade, una cascada a la que podremos llegar a través de la ruta circular “PRG-59 Ruta del Agua”, que parte del Parque-Jardín Botánico y la Carballeira. A lo largo de sus 6,67 kilómetros podremos admirar la belleza de construcciones como la antigua Fábrica de Luz, los molinos de agua o el Puente de Segade. El curso del agua nos regala formaciones como las pozas, de las que disfrutar con un chapuzón en verano, pero sobre todo el gran atractivo de esta senda: la espectacular caída de 30 metros de altura que forma esta cascada de singular belleza.
Rúa Real
La encrucijada de caminos que dio origen a Caldas de Reis tiene su propia arteria central: la rúa Real. Esta calle ha sido testigo del desarrollo de una villa que fue creciendo en torno a ella. Buena prueba de ello son algunas de sus edificaciones más singulares como las casonas blasonadas y soportaladas que pueblan su trazado.
Esta lista recoge las cinco atracciones imprescindibles de Caldas, pero existen otros muchos motivos para visitar esta villa de la provincia de Pontevedra. Aprovecha y haz de esta escapada una experiencia perfecta gracias al atento personal y cuidadas instalaciones del Hotel Roquiño.